Una deforestación corresponde a la pérdida de una zona forestal o selva de la Tierra. Esta pérdida puede ser debida a una causa natural (plagas o incendios), o provocada por el hombre.
El hombre deforesta desde hace siglos, esencialmente para conseguir espacios para la agricultura y el ganado, para obtener madera y también deforesta para construir rutas, zonas urbanas y para extraer minerales del subsuelo.
La deforestación tiene consecuencias graves para la fauna que pierde su hábitat natural y acaba desapareciendo, y por la pérdida del proceso de formación de oxigeno y de captación de CO2 realizada por la fotosíntesis.
Activistas medioambientales denuncian los grandes procesos de deforestaciones efectuados por países para cultivos y ganado como son Indonesia, Brasil, Camboya, Malasia, …
En algunos países, se desarrollan proyectos de reforestación y aforestación ambiciosos que nos permiten tener un poco de optimismo sobre el futuro de los bosques.