Comisión que cobra una entidad bancaria al cliente que da una orden de transferencia.
Esta comisión normalmente corresponde a un porcentaje sobre el importe a transferir con un importe mínimo establecido.
En España, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Servicios de Pago (16/2009), en las operaciones realizadas en euros o en monedas de algún Estado miembro de la Unión Europea, el ordenante deberá pagar sus gastos a su entidad y el beneficiario los suyos a la suya, es decir que los gastos se comparten entre los intervinientes (ordenante y beneficiario). Los clientes que cumplen ciertas condiciones (establecidas por el banco), no tienen que pagar este gasto.