Cuando hablamos de exclusión financiera nos referimos a las personas que no tienen acceso a los servicios financieros básicos (crédito y ahorros ) y son dos los principales motivos que pueden provocar esta exclusión:
- El primero es que no existe ninguna entidad financiera en una zona geográfica dada. Cuando las poblaciones son pequeñas, de difícil acceso y además no ofrecen muchas oportunidades de negocio, los bancos no tienen ningún interés en abrir oficinas. Esta exclusión afecta a toda los habitantes y al desarrollo económico de la zona dada.
- Un segundo motivo es que, a pesar de existir entidades bancarias, los pobres no pueden acceder a sus servicios. Los bancos tradicionales solo atienden a los “ricos”: las personas pobres no tienen ninguna posibilidad de conseguir un crédito y menos aún si son mujeres.Por consiguiente existe un gran número de personas que no tienen donde guardar sus ahorros, ni pueden pedir un crédito o realizar una transferencia.
Las instituciones de microfinanzas (IMF), permiten que las personas pobres puedan tener acceso a servicios financieros: microahorro, microcrédito y también microseguro, y otros productos especialmente diseñados para personas con pocos recursos.
Estas instituciones, con menos afán de lucro que los bancos, atienden a los pobres de zonas urbanas y también de aldeas remotas y financian sus pequeñas negocios.
Gracias a estas iniciativas, los pobres pueden abrir una cuenta, solicitar un “microcrédito” sin tener que aportar muchas garantías o contratar un pequeño seguro.
Los microcréditos se otorgan esencialmente para financiar la realización de actividades productivas que pueden contribuir a la mejora de la situación económica de las familias y con su generalización, las tasas de exclusión financiera, una de las formas de exclusión social, podrían llegar a disminuir notablemente.