La composición en hierro fundido del núcleo de la Tierra, unos movimientos internos y la rotación del planeta crean un campo magnético que protege el planeta de la radiación cósmica y del viento solar.

Los polos norte y sur magnéticos no coinciden con los polos geográficos y sus posiciones se desplazan constantemente.

De forma aleatoria en el tiempo se produce una inversión de los polos.

El proceso de inversión tarda miles de años en llevarse a cabo durante el cual se produce una disminución del campo magnético. Un debilitamiento importante reduce el efecto protector del campo magnético sobre el planeta.