El calentamiento global es una realidad y la temperatura media del planeta aumenta.
Temperatura media global (1880-2020):
Son muchas las causas que afectan al clima del planeta (ver la historia de la tierra y su clima). Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidos por la quema de los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) pueden ser una de ellas aunque pueden existir otras de origen natural.
Desde el inicio de la revolución industrial, con el invento de la máquina de vapor hace más de 150 años, el hombre no ha dejado de construir máquinas que necesitan fuentes de energía fósil para funcionar y de realizar actividades que producen grandes emisiones de gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano.
Por esta razón, los científicos del «Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático» (IPCC), han determinado el CO2 como único causante del cambio climático y marcado una línea roja que no se debería cruzar, fijándola en el aumento de 1,5ºC desde los niveles pre-industriales.
El aumento actual oscila sobre 1,2ºC de media, pero se pueden observar un pico que supera 1,5ºC en la siguiente gráfica.
Frenar las emisiones de CO2, es una tarea que supone tomar unas medidas que limitan el crecimiento económico (PIB) y va en contra de los intereses de los gobiernos y por motivos ecónomicos de las grandes compañías energéticas.
Al hacerse visibles algunas consecuencias del aumento de las temperaturas, los gobiernos presentan sus primeros planes de transición energética basándose en las recomendaciones del IPCC.
¿En que consisten los planes de transición energética?
La transición energética consta de dos ejes:
I.- Cambio a energías renovables
Se trata de cambiar las fuentes de energía contaminantes por otras, llamadas renovables, incentivando su uso y el autoconsumo.
La producción de energía renovable tiene por finalidad no emitir gases de efecto invernadero, y se puede obtener a partir del sol (energía solar), del viento (energía eólica), del agua (energías hidroeléctrica y maremotriz), de la tierra (energía geotérmica).
Los grandes inconvenientes de las energías solar y eólica son:
- su dependencia de las horas de sol y de la fuerza del viento, con lo cual resulta difícil asegurar una continuidad en el suministro eléctrico y por ello se han de combinar varias fuentes o utilizar unos sistemas de baterías aún no muy eficientes y contaminantes.
- La huella de carbono producida en las distintas fases del ciclo de vida de los aerogeneradores y de las placas solares
- La enorme cantidad de metales y minerales necesarios para su fabricación. Algunos metales son cada vez más difíciles de extraer y se obtienen a través de procesos mineros muy contaminantes.
El hidrógeno producido por electrólisis del agua podría ser una solución de futuro gracias a la posibilidad de almacenarlo a presión en unas “pilas de combustible” disponibles para generar electricidad según demanda, siempre que la obtención del hidrógeno se realice con fuentes de energías limpias (hidrógeno verde).
En cuanto a las energías procedentes de la biomasa para producción de biocombustibles (biodiesel, bioetanol, biogas), su producción masiva no está exenta de polémica, no solamente por las emisiones de CO2 que se producen durante la combustión, sino por su modo de obtención, la cual es responsable de deforestaciones y uso de grandes áreas de tierras agrícolas para producción de cereales y material combustible.
La energía nuclear no emite gases de efecto invernadero pero produce unos residuos radioactivos que la hacen peligrosa y sus instalaciones generan el rechazo de la población aunque las centrales nucleares de última generación son muy seguras y producen menos residuos.
II.- Ahorro energético
Existen varias maneras de ahorrar en el consumo de energía
- mejorando el aislamiento y la eficiencia energética de los edificios (casas pasivas)
- mediante el control adecuado de calefacción refrigeración, iluminación
- fomentando el uso de vehiculos más ligeros
- prefiriendo el transporte por ferrocarril al tráfico rodado y aéreo
- fomentando el uso del transporte público
Sin embargo los gobiernos están poniendo en marcha unas políticas para que disminuya el consumo de energía utilizada para calefacción, refrigeración, iluminación, transportes y máquinas varias y para lograrlo están decretando restricciones arbitrarias, impuestos, sanciones y controles de los ciudadanos.
Conseguir una transición energética es un objetivo inalcanzable a menos de querer un suicidio económico. Se seguirá quemando carbón, gas y petróleo hasta su agotamiento porque la economía lo necesita. Nunca se ha consumido tantos volúmenes de madera, carbón, gas y petróleo en el mundo como ahora.
Los países que van a seguir los objetivos de «carbono cero» van a tener que enfrentarse a serias dificultades económicas.