Durante los últimos años, varias instituciones microfinancieras han sido noticias en los medios de comunicación por sus malas prácticas hacia sus clientes, prácticas tales como aplicar unos tipos de intereses abusivos, provocar sobre-endeudamientos e utilizar procedimientos de recobros de microcréditos indignos.
Esta búsqueda de beneficios económicos a costa de los pobres ha dejado una muy mala imagen de la microfinanza, provocando fuertes críticas hacia el sistema.
Elaborar un código ético es una buena elección para recuperar la confianza de los clientes, de la sociedad, los inversores y los políticos.
El código ético establece la misión y los objetivos de la Institución y trata sobre temas de política interna (productos, precios, personal) y externa (trato con los clientes, con las administraciones, la comunidad, ..).
Impulsar la igualdad de oportunidades, la transparencia, la sostenibilidad financiera, empoderar a las mujeres, proteger el medio ambiente, ofrecer formación y capacitación, son unas líneas de actuaciones que ayudan a crear un buen clima laboral, a fidelizar a los clientes y mejorar incluso los resultados económicos de la entidad.
Naturalmente este código debe ser establecido, adoptado y aplicado por toda la organización de forma continuada y no permanecer como una simple declaración de intenciones.