Las entidades de microfinanzas están superando los efectos de la crisis económica mundial pero ahora deben enfrentarse con unos nuevos problemas.
Por una parte, la actividad de unos tiburones financieros que se quieren enriquecer rápidamente a costa de los pobres, y por otra, los ataques de unos detractores del sistema y de políticos, tratan de empañar el espíritu y la imagen de las microfinanzas.
El último golpe llega con el ataque del gobierno de Bangladesh al profesor Muhammad Yunus, padre del microcrédito, fundador del Grameen Bank y cuyo nombre se asocia automáticamente al sistema del microcrédito.
El gobierno quiere removerle de su cargo de director del Banco Grameen, el banco que el ha creado, por tener setenta años, aludiendo a la obligación legal de retirarse a los sesenta años: una explicación muy poco o nada convincente.
Desde hace meses, las microfinanzas son objeto de criticas y de noticias muy negativas en muchos paises: pobres sobreendeudados, campesinos desahuciados, suicidios, tasas de intereses desorbitadas, financieros usureros, etc…
Este último ataque contra el profesor Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz 2006 por su sistema de microcréditos, está teniendo una repercusión muy dañina para las microfinanzas mundiales.
Los pobres necesitan unos servicios financieros y la labor que ha realizado Muhammad Yunus es inmensurable. Su sistema se ha copiado o adaptado en todos los países del mundo.
Millones de personas han podido mejorar su vida gracias al acceso al microcrédito.
Evidentemente las microfinanzas no son suficientes para eliminar la pobreza, pero si van acompañadas con otras medidas, pueden llegar a ser unas herramientas muy poderosas.
Ha llegado pues el momento de reaccionar.
Es necesario que los gobiernos den apoyo a las microfinanzas mejorando las infraestructuras empresariales, sanitarias y educativas y regulen la microfinanza de forma a facilitar la actividad de las instituciones microfinancieras (IMF) y evitar los abusos.
En cuanto a las IMF, deben poner en práctica unos códigos éticos y ofrecer unos principios de transparencia y de defensa de sus clientes.