Durante los días 14 a 17 de noviembre 2011 se celebrará en Valladolid la Vª Cumbre Mundial del Microcrédito. Es un evento donde participarán los distintos actores de la microfinanza, procedentes tanto de países en vía de desarrollo como del mundo occidental.
Representantes de organizaciones no gubernamentales, asociaciones y fundaciones sin animo de lucro, instituciones microfinancieras, agencias gubernamentales, universidades, empresas especializadas e inversores debatirán sobre los problemas existentes en el sector de las microfinanza y del microcredito en particular y discutirán sobre las soluciones a adoptar para que las herramientas micro financieras puedan obrar de forma adecuada en la lucha contra la pobreza.
Se analizarán algunas malas prácticas empleadas en ciertas instituciones microcrediticias (tasas de interés altas, sobre endeudamiento de los clientes,..) y por otra parte se presentarán los éxitos conseguidos hasta la fecha por otras.
Regulación, normas éticas, protección del cliente, educación financiera, sostenibilidad financiera, social, y ambiental, apoyo y seguimiento de las personas, son algunas de las posibles soluciones que se ofrecerán para potenciar el sector de forma adecuada.
la plataforma «anti cumbre»
Ahora bien, ha surgido en Valladolid una plataforma anti-cumbre y anti-microcréditos cuyo lema es: “Microcréditos no piques”. Esta plataforma ha convocado una jornada para el día 12 de noviembre.
Las organizaciones que apoyan el manifiesto anti microcréditos son asociaciones y formaciones que consideran el microcrédito totalmente inadecuado e incluso nefasto para los pobres, que solamente contribuye a empobrecerles aún más.
Sin embargo, el microcrédito se define como una herramienta de lucha contra la pobreza y de justicia social. Las personas con un cierto nivel de ingresos pueden acceder a productos y servicios financieros cuando los necesitan. ¿Por qué negar estos mismos servicios a los “pobres”?
Las personas con pocos ingresos o ingresos irregulares saben como gestionarlos para sobrevivir. Poder acceder a unos servicios financieros básicos les puede ser de gran ayuda. El microcrédito tiene por finalidad la puesta en marcha de una pequeña actividad económica o mejorar una existente. Una micro inversión puede suponer una mejora en la vida de las personas y un microcrédito supone una deuda pero también representa una oportunidad para progresar.
Naturalmente, las instituciones microfinancieras no pueden aprovechar las carencias de sus clientes, por ejemplo una falta de educación financiera o incluso no saber leer, para engañarles.
Si no se ofrecen unos servicios financieros adecuados a los pobres, prevalecerán las prácticas de los prestamistas usureros. Justamente por ello el profesor Muhammad Yunus creó el «Grameen Bank« para ofrecer microcréditos con tasas de interés asequibles como una alternativa social de financiación.
Las personas pobres deben poder contar con unas instituciones microfinancieras que ofrezcan unos servicios y productos que respondan a sus necesidades, basados en la transparencia y la ética.
Y, dicho sea de paso, la gran banca debería actuar del mismo modo con sus clientes.